miércoles, 25 de enero de 2017

SERGIO HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ...NO HA DADO UNA


Sergio Hernández Hernández es un diputado local panista, sin ninguna trascendencia política o académica que pudiera sostener el gran dedazo que lo convirtió de la noche a la mañana en el líder del Grupo Legislativo del PAN en el propio Congreso del Estado de Veracruz y que ha dejado muy, pero muy mal parado a quien lo mandó a ese cargo, pensando que el chamaco sacaría la casta.

Ha sido precisamente este martes cuando Sergio Hernández ha dejado constancia de su falta de capacidad política, su falta de capacidad negociadora, su falta de tablas para llevar diferendos políticos e ideológicos a altos acuerdos.

El rotundo fracaso en que culminó una propuesta viable y que sonaba sana, si quizá tardía, que fue la de reducir regidurías en casi 100 Ayuntamientos de la entidad, es el peor numerito que ha hecho, a escasos 2 meses y medio de haber rendido protesta a su cargo, el joven Sergio Hernández, quien le quedó muy grande la yegua y simplemente medio mundo lo chamaqueó.

Y es que era muy difícil pensar que Sergio Hernández entendería que los protocolos operativos y de logística que se mueven para que un punto de acuerdo sea presentado ante el Pleno de diputados y ahí se asuma un acuerdo previsto, calculado y consumado, se tejen con una finura y sapiencia propia de un tallerista chino.

Miguel Ángel Yunes Linares ha fracasado constantemente en el Congreso del Estado, a apenas 2 meses y medio de iniciadas las actividades legislativas y a un mes y medio de que él mismo asumió el cargo, indiscutible por la incapacidad de Sergio Hernández que ha sido la constante.

Pero, sin duda alguna el caso del martes negro, marca una pauta importante: a Sergio le engañaron al menos 5 diputados. Y es que para sacar avante la propuesta de reducción de regidurías, se exigía por Ley una votación de mayoría calificada, o sea, 34 votos de un total de 50.

El trabajo del Coordinador de la Junta de Coordinación Política, es precisamente coordinar a los políticos, entiéndase a los diputados, para que voten como se debe. Así. Punto.

O sea, Sergio Hernández debería asegurar que al menos 34 diputados votarían a favor. ¿Y si Sergio se daba cuenta que no alcanzaría?. Ah...entonces, se recurre a aquella viejísima estrategia: también corriendo se gana, o sea, se procede, instantes antes de iniciar la Sesión, a retirar del Orden del Día dicha propuesta, argumentando cualquier estupidez, pero salvando el cartucho de ser quemado de balde.

Pero el buen joven Sergio, desconocedor del todo de cómo funciona una Cámara de Diputados, pues "él creyó" que se iba a aprobar la propuesta, "pues porque así lo mandó a decir el señor Gobernador". Pero chasco que se llevó, porque las cosas estuvieron así: 29 diputados se alinearon y votaron a favor. 9, que se ya sabía que son rebelditos, pues votaron en contra. Van 38 y faltan 12.

Y ahí estuvo la magia. Pues resulta que 6 de esos diputados, de última hora, se abstuvieron. O sea, no votaron a favor, ni en contra.

Pero aún estaban 6 más en la reserva: y lo impensable sucedió. Los 6 diputados restantes ¡pues nomás NO llegaron a la Sesión ! argumentando que la mamá de Guadalajara estaba encinta.

Y el teatro se vino abajo.

El orden del día marcó el llevar a votación la propuesta del Gobernador y el Pleno, sin más, dijo que no, dejando en claro de paso, que las minorías, los "chiquillos", cuando se unen, pueden marcar la diferencia.

Y aquí hay una gran oportunidad para que Miguel Ángel Yunes Linares haga bien las cosas. Si Sergio Hernández no sirve en el cargo a donde fue impuesto por dedazo, cosa que ya quedó probada, pues que lo corra...¿o no?...

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